Visitar una prisión ha sido una experiència muy especial para todo el equipo. No fue una visita para conocer cómo son por dentro, ni para visitar a alguna persona. Se trataba de realizar nuestra actividad para reclusos, gente que por diversas circunstancias se encuentra privada temporalmente de libertad. Esto para nosotros representaba un reto especial. ¿Teníamos que modificar el contenido del discurso?, ¿teníamos que adaptar la actividad a la situación personal de los asistentes? Al final ni una cosa ni la otra. Realizamos la actividad como en cualquier otra ocasión y la respuesta fue magnífica.
Hubo una cálida recepción de nuestro mensaje y en el tiempo de coloquio hubo una interacción muy positiva con los asistentes. Hacemos mención especial a la Presó de Joves, sus preguntas, inquietudes y reflexiones fueron para nosotros todo un regalo. Una experiencia maravillosa que esperamos repetir pronto en otros centros.
Muy agradecidos por la acogida de los internos y de los trabajadores de los centros.