CERCLE es un programa de desarrollo personal dirigido a personas con parálisis cerebral y discapacidades físicas severas. Cada martes, se exploran temas de interés a través de actividades diseñadas para fomentar el autoconocimiento y el pensamiento crítico. Estas sesiones incluyen presentaciones de expertos y tertulias para discutir y reflexionar sobre diversos temas.
Durante el mes de abril hemos trabajado la temática de la Inteligencia Artificial de la mano de Neema Balolebwami Nelly, experta en Artificial Intelligence Expert & CEO I Economista I Keynote Speaker y hemos llegado a las siguientes conclusiones:
La inteligencia artificial (IA) son aplicaciones y sistemas informáticos que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana.
El término «inteligencia artificial» fue acuñado por John McCarthy en 1956 en un evento histórico que reunió a algunos de los mejores científicos de la época para discutir la posibilidad de crear una máquina que pudiera pensar como un ser humano.
Siri, alexia, el chatgpt son algunas de estas IA que son capaces de pensar y dar respuestas, pero nunca podrán ser humanas.
Hay distintos tipos de IA Asistentes virtuales, software de análisis de imágenes, motores de búsqueda o sistemas de reconocimiento de voz y rostro, robots, drones, vehículos autónomos…
Hasta las plataformas como Netflix y YouTube usan la IA para ayudar a dar un servicio más personalizado recabando datos de los gustos de cada persona, lo cual entra en conflicto con la privacidad personal, y la seguridad. Tras nuestras búsquedas la IA recoge nuestro datos, costumbres y preferencias, y luego nos hace sugerencias y nos personaliza el contenido.
Estamos constantemente en relación con la IA, forma parte de nuestro día a día. Un ejemplo son los asistentes virtuales como atención telefónica, o los programas desarrollados en muchos hospitales para la gestión o para el diagnóstico, también hay robots camareros y que cultivan, también en los móviles, en las búsquedas de Google…
Algunas IA se nutren de los datos que recoge como es el caso del chatgpt por eso es importante no poner datos personales ya que no sabemos qué hacen con ellos y donde pueden acabar. Este chat está prohibido en algunos países, y como se nutre de la información que introducimos, a veces se equivoca al dar información que requerimos.
La IA requiere de un marco legal para regular la gestión y uso de datos y en Europa se intenta legislar, pero aún no hay ninguna ley adecuada q funcione, aunque se está trabajando en ello. Teniendo en cuenta que la IA avanza muy rápidamente y que las leyes siempre van detrás de la realidad social, todavía no hay un marco legal efectivo.
La IA nos ayuda a gestionar las tareas, a agilizarlas y a tomar decisiones. Tanto en tareas cotidianas como cuestiones de seguridad, trabajo policial, o ámbito sanitario. La IA también tiene aplicación en el campo de la discapacidad, ayudando a las personas a través de la tecnología, videojuegos, implantes cerebrales que favorecen la comunicación… Hasta en el cine tiene aplicación, ya que consigue rejuvenecer a actores como en el caso de Harrison Ford en Indiana Jones.
Un ejemplo interesante es el programa desarrollado en el Hospital de Bellvitge para diagnosticar la enfermedad de Crohn y diferenciarla de la colitis ulcerosa, que, mediante un algoritmo con más de 5 mil datos, proporciona diagnósticos más acertados y precisos.
El avance de la IA y la tecnología es imparable, proporciona ventajas, pero también puede ser un sistema de control social. Su progresión va en consonancia con el avance social, y o te subes al carro, o te quedas atrás.
En general nos falta información y formación, porque luego suceden casos en los que se hace un mal uso de la IA sin conocer realmente las consecuencias y con ello se puede atentar contra la imagen, el honor, la reputación, y la salud mental de las personas.